Contaminación del agua por radiación electromagnética

En el nivel más pequeño de nuestra realidad, todo consiste en frecuencias y sus patrones de oscilación. Se crea energía. Por ejemplo, a nuestro alrededor absorbemos frecuencias sonoras cuyas vibraciones nos afectan y que medimos en hercios (528 Hz, por ejemplo, es una frecuencia fuertemente curativa). También absorbemos frecuencias etéreas de la naturaleza en intervalos de vibración infinitos a través del aire que respiramos y de nuestra piel. De esta manera, podemos recargar nuestra propia energía dando un paseo por el bosque. El caos que circula en nuestra sangre a través de las frecuencias electromagnéticas que hay a nuestro alrededor (teléfono móvil, microondas, ordenadores) es transformado por la naturaleza en estructuras más ordenadas, que consiguen que pasemos de la confusión mental a pensar con más claridad. 

 

Beber agua de manantial o agua estructurada consigue que aumentemos nuestra reserva de energía y que al mismo tiempo podamos absorber más energía. Las estructuras armoniosas del agua son informaciones que influyen en nuestra energía. Debido a su carácter bipolar, el agua puede absorber un número ilimitado de frecuencias y transmitirnos patrones de vibración tanto armónicos como caóticos.

 

Las estructuras caóticas no sólo las provocan las toxinas químicas. Los patrones de frecuencia electromagnética que absorbemos sin filtrar son igual de problemáticos. Como humanos, somos seres bioeléctricos y, por tanto, electrosensibles porque estamos rodeados de un campo electromagnético (aura) y resonamos con dichos campos. Por eso reaccionamos no sólo al suministro de líquido a través del agua, sino también a la información del agua. Por lo tanto, absorbemos el agua en dos niveles. En primer lugar, en el nivel material como líquido y, en segundo lugar, en el nivel energético a través de la estructura del agua. Como el nivel material del agua no puede existir durante mucho tiempo sin el nivel energético, siempre absorbemos al mismo tiempo algún tipo de información a través de nuestras bebidas. Estos descubrimientos han sido objeto de debate científico durante mucho tiempo.


 

Para poder comprobar la contaminación electromagnética en el agua, existen procedimientos de prueba en forma de sondas de medición que registran la contaminación en el agua utilizando una escala en el espectro audible. Utilizando una escala de tonos, fue posible demostrar mediante mediciones que la radiación de microondas en el agua cerca de teléfonos móviles o antenas 5G es significativamente mayor que en el aire del ambiente cercano. 

 

Incluso en un vaso de agua, la exposición era significativamente mayor que cuando se retiraba la sonda del vaso y se medía la exposición en el aire. Otras pruebas han demostrado que la misma exposición elevada a la radiación también podía medirse en la sangre. En una zona con alta exposición a la radiación, la exposición a la radiación en la sangre es, por tanto, significativamente mayor que en el aire de las inmediaciones. Es decir, si bebemos el agua que quizás ha estado a nuestro lado durante horas, justo al lado del ordenador, en realidad aumentamos la posible exposición a la radiación en lugar de reducirla bebiendo agua.

La situación se vuelve aún más problemática si viajamos una larga distancia en un coche eléctrico, bebiendo de una botella de agua y posiblemente haciendo una llamada telefónica. Entonces la exposición a la radiación es casi inmejorable y tarde o temprano no se puede evitar el estrés, el cansancio o el mareo.
 

Si pasas la mayor parte del día en un entorno de radiaciones electromagnéticas, vale la pena pensar en volver a agitar el agua, ponerla en movimiento o simplemente hacerla pasar fresca por carbón activo. Para ello son muy adecuadas las jarras filtrantes, por ejemplo. También puede utilizar shungita en gránulo (o grava) para mantener el agua en movimiento durante unos minutos. Incluso si el agua está muy limpia, es decir, simplemente limpia sin una estructura energética, ésta absorbe la contaminación por radiación casi de inmediato. El agua bien estructurada no absorbe esta contaminación tan rápidamente, pero por supuesto también se deteriora con el tiempo. Es como nosotros, los humanos. Cuanto más sanos y en forma estamos, menos probabilidades tenemos de enfermar.


En el próximo artículo, me centraré en el carbón activado y me gustaría mostrarle los maravillosos poderes que posee.

El Carbón activo esta infravalorado

¡Gracias!

Marion Kuprat