Técnicamente el remolino dirigido hacia adentro es un movimiento inusual para nosotros
Es diferente, por ejemplo, que en la rueda, donde hay una mayor velocidad en el exterior. Esa es la fuerza centrífuga, la fuerza que disipa. En cambio, en el remolino dirigido hacia adentro hay una fuerza cuya mayor velocidad se encuentra en el centro. Es la fuerza que compacta, que concentra.
Esto lo comprobó hasta la saciedad, una y otra vez, el naturalista austríaco Viktor Schauberger durante años de observación de la naturaleza y de las técnicas resultantes (que en su gran mayoría construyó él mismo y de las que mantuvo constante registro). Su vida estuvo plagada de pensamientos sobre la existencia de una fuerza aún insospechada dentro del remolino implosivo, cuyo significado completo todavía no había sido descubierto. (Agua Viva, Biografía ViktorSchauberger 1885-1958)
El apoyo científico del remolino de agua de Schauberger lo proporcionó algunos años más tarde el profesor coreano Dr. Mu Shik Jhon (1932-2004), un experto de renombre mundial en la estadística de la mecánica de fluidos. Por recomendación de sus amigos de la universidad de Utah, el Dr. John comenzó en 1964 con sus experimentos sobre los remolinos y el agua. A través de conferencias realizadas años más tarde en las universidades más importantes del mundo, se dieron a conocer sus publicaciones en los años 80 sobre la estructura interna del agua. Su mensaje central es: ¡El agua es un portador de información y aumenta la calidad de su estructura por medio del remolino! Sin embargo, aparte de los expertos, en aquella época pocas personas se dieron cuenta del cambio significativo de este nuevo conocimiento sobre la estructura viva del agua. (Dr. Mu Shik Jhon: El puzle del agua y la clave hexagonal).
Al comienzo de las investigaciones del Dr. Jhon, todavía no existía ningún trabajo científico en el campo del remolino de agua, aunque conocidas personalidades sí habían realizado investigaciones privadas a principios del siglo XX:
Entre éstas, se encuentra la investigación del fotógrafo americano Wilson Alwyn Bentley, que fotografió miles de cristales y descubrió que ninguno era igual; interesantes también fueron las curaciones espectaculares del francés René Quinton con el agua de los remolinos del agua de mar; y el enfoque completamente nuevo de la investigación sobre corrientes de agua del famoso guardabosque austríaco Víktor Schauberger. Nadie nos ha hecho comprender tan bien con él la fuerza del agua en general y de los remolinos en particular.
Jhon llamó “agua hexagonal” a su concepto del agua estructurada como portador de información. Se trata de grupos de seis moléculas de agua dispuestas en forma de estrella alrededor de un centro. Las moléculas de agua se encadenan por medio de enlaces de hidrógeno. En función de la estructura de los grupos, se generan patrones de vibración propios que contienen información. Debido a la estructura dipolar, las moléculas de agua se pueden organizar de diferentes maneras, y se comunican entre éstas y los sistemas en los que se encuentran, por lo que actúan como portadores de información.
La memoria molecular del agua se encarga de que los fractales vibracionales sigan permaneciendo, incluso aunque la materia que originó la vibración ya no se encuentre en la solución. Los grupos moleculares forman la memoria del agua almacenando la energía vibracional en forma de información dentro de su estructura interna. De aquí resulta un estado ordenado en el que las ondas forman un campo comunicativo conectado. Por lo tanto, actúan generando un orden y portando información. La interacción óptima de estas fuerzas implica salud.
Por ejemplo, cuanto mayor sean los grupos estructurales en el agua, menos podrán atravesar la membrana celular e hidratar el interior de las células, limpiar ni participar en el proceso metabólico. Gracias a la fuerza centrípeta del remolino, los grupos moleculares de agua se desmenuzan y se hacen cada vez más pequeños y con mayor carga energética. Por lo tanto, antes de que el agua pueda asumir su función vital dentro de nuestro cuerpo, será necesario crear los pequeños cristales líquidos hexagonales.
El Dr. Mu Shik Jhon creó en pocos años una bien documentada base científica sobre la existencia real de la estructura interna del agua. Más tarde, en Japón, gracias a sus apariciones como invitado en prestigiosas universidades, conoció al que sería el autor de los libros “El mensaje del agua”, el Dr. Masaru Emoto, que más adelante daría a conocer las fotografías de los cristales de agua.
A su vez, Masaru Emoto inmediatamente reconoció en las investigaciones del Dr. Jhon algo muy especial: ¡El agua como el eslabón perdido entre la materia y la energía! Su deseo era encontrar un método que pudiera trasladar esta idea hacia un público más amplio, sin grandes fórmulas ni complejas explicaciones, y fue así que dio con la representación fotográfica de gotas de agua congeladas. Sus investigaciones se caracterizaban más por sus teorías insólitas que por consideraciones científicas. Sin embargo, tras elaboradas y extensas series de pruebas, encontró que la verdadera naturaleza del agua se desvela en sus cristales de hielo. Esto lo investigó de forma impresionante mediante miles de series de pruebas y lo plasmó en numerosos libros traducidos a muchos idiomas.
La fuerza del remolino
Por lo tanto, incluso aunque las plantas de tratamiento de aguas residuales filtren los contaminantes fuera del agua, la información almacenada de estas sustancias permanece. Esta fue la comprensión que llevó a diferentes métodos de tratamiento del agua adicionales. La condición para que las influencias adicionales sigan permaneciendo en el agua a lo largo del tiempo es el correcto remolineamiento.
El tema del “remolino de agua” no consiste en un debate sobre los contaminantes, no se trata del tema de la cantidad de tuberías de plomo que todavía deben ser sustituidas, ni de la eficiencia de nuestro sistema de abastecimiento de agua o lo eficiente que puede ser, dados los muchos contaminantes desconocidos. Es decir, no se trata del grado de pureza química del agua, la cuestión es por qué el remolino es tan importante para la calidad del agua y qué es lo que puede hacer.
La tesis básica de Viktor Schauberger – pionero de la teoría del remolino – ya contenía incluso entonces unos principios universales de movimiento. Lo que quería decir era que la vida se construye y se mantiene a través del movimiento de tipo implosivo, mientras que el movimiento explosivo genera la extinción de la vida. El movimiento implosivo de absorción genera frío, crecimiento y bienestar; mientras que el movimiento explosivo genera calor, presión, fragmentación, enfermedad y muerte.
La estructura básica de todos los procesos y estructuras, ya sean grandes o pequeñas, se basa en el remolino, por lo que uno de los objetivos de Schauberger era estudiar diversas posibilidades de remolino en la naturaleza y posteriormente copiar este movimiento, para poder ver cómo la naturaleza utiliza esta forma de movimientos naturales y qué originan. Él mismo dibujó y construyó técnicas cuya funcionalidad asombró a muchos de sus contemporáneos.
La presencia del remolino está muy extendida. El átomo, el sistema de la Vía Láctea en espiral o la cadena de ADN son algunas de las manifestaciones conocidas de remolinos.
En la naturaleza, el agua y el aire se liberan de sustancias nocivas a través del proceso del remolino: cada río que se mueve libremente por la naturaleza en forma de serpiente forma muchos grandes y pequeños remolinos. Millones de grandes y pequeños remolinos crean fuertes enlaces que proporcionan al agua energía, estructuras coloidales y carga eléctrica.
El correcto movimiento de la naturaleza para los procesos de construcción se basa en la prevalencia del principio de tracción. Si se copia correctamente el movimiento natural, se pueden liberar con muy poco esfuerzo potentes fuerzas de succión que son capaces de generar “casi gratis”, muy rápidamente y sin carga medioambiental, enormes cantidades de energía. Se forman estructuras hexagonales energéticas que atraviesan fácilmente las paredes celulares. Pero para eso no son suficientes unos simples remolinos, deben ser múltiples remolineamientos. Cuanto más minucioso es el proceso, más eficaz es la auto-purificación del agua.
El Vitalizador GIE de Peter Gross trabaja con este principio de la contra-rotación del remolino, al que se puede referir como remolino de alta frecuencia. Los distintos tubos de agua adyacentes entre si están construidos de tal manera que las fuerzas de tracción opuestas separan las frecuencias hasta los niveles de vibración más finos.
Para poder explicar esto expongo aquí un ejemplo: si se irradiara el agua con frecuencias electromagnéticas (lo que sucede constantemente), ésta las asimila y sigue resonando durante mucho tiempo después, al igual que la cuerda de un instrumento musical que resuena al ser estimulada por otro tono. Pero, a diferencia de la cuerda que regresa rápidamente a su estado de descanso, el agua almacena estas vibraciones casi indefinidamente. Con aparatos de medida muy precisos se podría medir dichas frecuencias incluso después de meses. No obstante, las vibraciones positivas siempre tienen mucha más energía y por lo tanto son más potentes.
Dentro de este tipo de remolinos, los grupos moleculares ya no son capaces de resistirse a las diferentes capas de presión, y los complejos grupos de moléculas se separan en partes más pequeñas y comienzan a liberar enormes energías. En la naturaleza esta energía garantiza la constante renovación. Las largas cadenas de compuestos químicos tóxicos pueden separarse completamente durante este proceso o fragmentarse en grupos moleculares menos perjudiciales, más pequeños e inofensivos. Así que no es el gran remolino el que provoca la turbulencia, sino que es la gran cantidad de pequeños remolinos microscópicos los que causan los cambios estructurales.
Aunque este conocimiento aún no ha sido investigado de manera adecuada, muchos indicios sugieren que los cada vez más frecuentes trastornos metabólicos inexplicables realmente podrían tener que ver con el suministro de agua y también con la calidad del agua. El agua es más útil para nuestra salud cuanto más compleja sea la llamada fase cristalina del agua. No debería ser necesario mencionar explícitamente que la estructura cristalina hoy en día no está disponible en el agua embotellada, ni tampoco en nuestra agua del grifo.
También hay que decir claramente que la vitalización del agua no es tan sencilla como a veces puede parecer. Por supuesto que la cristalinidad del agua mejora cuando la exponemos durante algunos minutos a cualquier influencia positiva; se duplica, ¡pero no más! ¡Siempre se duplica solo en la medida en que el agua todavía disponga de algunas buenas vibraciones! Una persona enferma con poca energía solo puede absorber energía adicional en la medida que su cuerpo enfermo todavía tenga suficiente energía para procesarla.
Solo a través de complejos remolinos implosivos es posible aumentar la energía del agua o disolver la cadena de información de una sustancia físicamente presente para, de esa forma, hacerla biológicamente inofensiva. Así que solo en la medida en que se aumenta la energía propia del agua es posible incrementar la energía suministrada al agua. Pero esto es diferente con el remolino. El remolino del agua modifica todo el concepto previo del agua. Por tanto, cuanto mejor sea el remolineamiento, más rápidamente aumentará la energía propia y mejor agarrarán también otras medidas adicionales como la energía de piedras preciosas u otras informaciones o modulaciones positivas.
La característica especial de la vida no es tanto los elementos de los que se compone el hombre, la planta o el animal, sino más bien el flujo de información a través de los impulsos eléctricos. Un cadáver todavía está compuesto por exactamente los mismos compuestos orgánicos sólidos tal y como estaban previamente cuando el cuerpo todavía vivía. Sin embargo, carece de los sumamente importantes líquidos coloidales, donde los electrones mantienen en movimiento las vibraciones de la información.
La importancia que tienen las energías centrípetas en todo lo concerniente al sistema de la Vía Láctea en espiral, nuestra galaxia y los átomos que también giran en espiral se muestra de manera impresionante y con una claridad no vista hasta ahora en la película "Thrive".
Y de nuevo surge la pregunta: ¿Es la filtración o es la vitalización la que modifica sustancialmente el agua?
Mientras la ciencia se ha ocupado durante la mayor parte de nuestro pasado en estudiar cosas tangibles y visibles, y la metafísica se ocupaba de la parte invisible de nuestra existencia, hoy en día vivimos en un tiempo en el que ambos campos se están fundiendo cada vez más.
Desde hace algún tiempo se sabe que la separación de energía y materia que percibimos en la superficie es solo una ilusión que oculta la realidad de la unidad. La ciencia ya nos está hablando de que la energía y la materia son intercambiables y de que el solapamiento de ciertas frecuencias genera la apariencia de lo sólido. En el plano intelectual incluso ya casi somos capaces de entenderlo. Las viejas estructuras se desmoronan y a nivel energético tenemos olas y patrones entremezclándose y generando nuevas frecuencias.
Cuando las ondas y frecuencias se cruzan no es como los barcos que si se cruzan con niebla o durante la noche, probablemente chocarían y se destruirían. Cada vez que se cruzan frecuencias, se generan nuevas longitudes de onda que ahora toman el control. De esta forma se podrían explicar los remolinos múltiples generados por los tubos adyacentes en direcciones opuestas del activador de agua GIE de Peter Gross. Debido al tipo de remolino, el agua se encuentra en fuertes y dinámicas frecuencias de larga duración. Por supuesto que es bueno filtrar el agua, sin embargo, sin el suficiente remonileado la filtración no modifica el agua tanto como nos gustaría.
Recientemente, hay algunos físicos que trabajan con base científica sobre el remolino, la sección áurea y la energía del toroide, como Dan Winter o los increíbles documentos fotográficos del agua de Alexander Lauterwasser.
Cuanto más favorable sea la relación entre determinadas ondas que se cruzan, y cuanto más se acerquen a la proporción áurea, tanto más estables serán los efectos sobre nuestra salud y nuestra conciencia. Gracias al exhaustivo remolineamiento implosivo del agua, estas frecuencias se establecen como por arte de magia haciendo que se desmoronen los efectos de los contaminantes.
Este remolineamiento multicapa de la tecnología-GIE (junto con una docena de otras modulaciones) es de lo que se trata particularmente. Este es el diseño base de todos los aparatos GIE, tanto los de la 1ª generación como los de la 2ª generación, es decir los aparatos Alpha & Omega, así como actualmente algunas instalaciones fijas directamente integradas en la red de suministro.
El problema del agua de hoy
El agua tiene una clase de memoria y almacena en su estructura reticular la información de millones de sustancias con las que entra en contacto. El agua se acuerda del cadmio, plomo, mercurio, estrógeno, disolventes, dioxina, productos fitosanitarios, lacas, ácido diluido, sustancias opacas, abonos artificiales, fosfatos, agentes blanqueadores, etc. Este recuerdo permanece también tras haber pasado los mejores sistemas de filtración.
Se pueden extraer del agua potable sustancias nocivas que existen materialmente mediante destilación o filtración, pero no se eliminan los millones de frecuencias que tienen su efecto en sistemas biológicos. El efecto de estas sustancias permanece en el agua y tienen su efecto en todos los alimentos a los que se les ha aplicado esta agua. No son solo las sustancias que permanecen en el agua las que nos perjudican, sino sobre todo sus frecuencias desfavorables. Sabemos por la homeopatía que el agua almacena las informaciones de sustancias antiguamente contenidas en ella en forma de frecuencias electromagnéticas. Esta información es almacenada en la estructura del agua y es traspasada a los sistemas biológicos (humanos, animales y plantas) en forma de efectos, como si las sustancias materiales aún estuviesen en el agua.
El porcentaje de sustancias nocivas en nuestro agua potable es relativamente bajo comparado con las sustancias nocivas que consumimos con nuestra comida y que no somos capaces de expulsar. Porque, ¿dónde pueden ir a parar esas cantidades de agroquímicos, sino a nuestros alimentos? Comiendo un solo plato de lechuga de cultivo convencional podemos ingerir más nitrato que bebiendo agua durante un mes entero. Somos los últimos de la cadena alimentaria y por eso también absorbemos estas sustancias nocivas con todos los productos animales. Parte de estas sustancias no las podemos expulsar de forma convencional. ¿Seremos capaces de librarnos algún día de estas sustancias?
La solución
De modo que tenemos que buscar la solución en otra parte. Tenemos que empezar allí donde hablamos de agua viva y no del contenido de sustancias nocivas contenidas en el agua. Nuestras aguas potables y embotelladas están químicamente limpias, aunque están muertas. Ya no contribuyen a la eliminación de sustancias nocivas de nuestro cuerpo. El agua viva es un disolvente también en nuestro cuerpo.
El agua de manantial pura y limpia desintoxica el tejido conjuntivo, es multiactiva, expulsa toxinas del metabolismo, es favorable para los procesos de metabolismo y para la digestión.
El activador de agua GIE original del científico alemán Peter Gross realiza esta visión con una técnica madurada que convierte el agua corriente en agua potable viva, multiactiva y de alto valor biológico con un porcentaje de agua prácticamente cristalina. Una vez instalado, lo primero que notará es que este agua sabe bastante mejor que el agua corriente de la que se obtuvo. Pruebas científicas de laboratorio hechas independientemente han dado como resultado que las personas que viven con agua GIE expulsan por la orina incluso las toxinas que se habían acumulado durante décadas en depósitos de su cuerpo, y después su cuerpo funciona mejor que antes.
El activador de agua GIE se instala detrás del contador de agua en las tuberías de agua potable del piso o de la casa y trabaja paralelamente con 15 diferentes principios activos, que son activados tan solo por la presión del agua y con solo abrir el grifo. Una vez instalado, el activador de agua GIE no requiere mantenimiento.
Marion Kuprat